Apuntes Literarios
 

 

Las múltiples biografías acerca de Faulkner señalan como fecha de escritura de “El Sonido y la Furia”, los comienzos de la primavera de 1928. Fue escrita durante su trabajo como vigilante de las calderas de la Universidad de Mississipi, Oxford, en el que por la noche conseguía escribir sin interrupción. Esta novela, definitivamente, ha adquirido prestigio internacional. Su tema central nos coloca dentro del laberinto asfixiante que conlleva el desmoronamiento de la familia Compson, la cual antepone el orgullo y la apariencia social al amor por sus hijos. Debemos tener presente que para aquella época, en la sociedad americana de los años 20, a causa del efecto que produce la Primera Guerra Mundial, el ciudadano medio siente que se han quebrado las grandes causas del pasado. La idea que se apodera del hombre medio es que la moral tradicional no lleva necesariamente a la felicidad. A esta situación se unen una pérdida de valores religiosos y el incremento del materialismo. Por lo que muchos autores eluden palabras como amor, valentía, honor y buscan nuevas claves literarias en términos como explotación, fracaso, exilio. Así, en esta obra, la duda existencial trastoca el orden y convierte a los protagonistas en anti-héroes. Faulkner refiere con crudeza casi natural la alienación y el deterioro de los valores de una familia aristocrática, orgullosa, racista y ambiciosa cuya pendiente se concreta en la ruptura de las relaciones entre padres e hijos. La extraordinaria naturaleza descriptiva se enlaza con la poesía profunda de la pluma del escritor, el discurso de los personajes va de lo interior a lo colectivo.
Los pensamientos de los protagonistas, por momentos indescifrables, conforman verdaderos pasillos mentales por los que la lectura asciende de un modo sorpresivo e inusitado y hasta sofocante por lo vertiginoso. Para ello Faulkner emplea la técnica de enfrentar conceptos opuestos encarnados en diferentes personajes. Así hace jugar presencias, ausencias, luces y sombras que descubren ecos cuyo efecto es el de generar nuevos significados que se revelan a través de la lectura y que van mucho más allá del sonido que desata la furia.
William Faulkner tomó para el título de su novela el verso del drama de William Shakespeare, Macbeth: “¡La vida no es más que una sombra…un cuento narrado por un idiota, lleno de ruido y de furia, que nada significan!” Macbeth, Acto V, escena V.
Por supuesto que no sólo tiene que ver con el nombre sino que conforma el punto sobre el que gira la primera parte de la novela, narrada a través del monólogo interior de Benjí, joven retrasado mental que dentro de sus limitadas observaciones expresa la degradación progresiva de las relaciones en su familia. La trama se completa con dos partes más narradas en primera persona, donde otra vez Faulkner nos sitúa dentro de la corriente de conciencia del personaje. Profundiza aspectos de la condición humana como intuiciones, recuerdos, sensaciones, pulsiones, siempre desde el punto de vista del propio personaje. Él es quien narra, no hay intermediarios, él mismo relata y devela situaciones recónditas. La cuarta y última parte se nos ofrece desde la tercera persona para reubicar a todos los personajes en los tiempos y en la historia.
Los cuatro capítulos de “El sonido y la furia” guardan una interpolación en los tiempos, redondean situaciones asincrónicamente, es decir, situaciones que se insinúan en una parte de la novela tienen su desenlace en otra, que tal vez se corresponda con un tiempo que no es el del momento en sí. Seguramente este libro resulte difícil para su comprensión, para su seguimiento. Pero es irrefutable que todos y cada uno de sus fragmentos hacen que el lector esté de cuerpo presente en cada esquina de aquel pueblo o en cada una de las habitaciones de la ilustre mansión Compson, o de lo que quedó de tal prestigio.

FRAGMENTO
“... qué habré hecho yo para tener hijos como éstos.
Benjamín ya fue suficiente castigo y ahora que ella no se preocupe por mí, de su propia madre, por ella he sufrido, soñado y hecho planes, y me he sacrificado. He hecho todo lo posible pero desde que abrió los ojos no me ha dedicado un solo pensamiento generoso...”

.............................................................................................
Fuente: Páginas 114 y 115. “El sonido y la furia”, WILLIAM FAULKNER, Editorial Planeta DeAgostini, S.A., 2003.


Ecos de "El Sonido y La Furia", William Faulkner - por Aldo F. M. Ferrante