De Poetas...
 


Luis Castro - Nubarrón


Por Teresa Del Valle Baruzzi

La palabra justa

Te lo dedico a Ti, que estás en el resplandor de la vida.
Quiero dejarte la palabra justa
la mirada serena
después de un fatigado día.
Sonreír ante la vida
que se extiende
bajo el manto de FE
y de Esperanza.
No temas transitar
por el camino
que las zarzas imitan a las rosas
son tan sólo espejismo
que con tu valor
arrancarás las mismas.
Te dejo la palabra justa
que en ella encierra
todo el universo
AMAR sencillamente AMAR
todo lo demás…
Es gratis.

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Por Virginia Guala

Palabras

Vas hacia delante.
Eres el viento fresco, la calidez de la mañana y,
la noche estrellada en el firmamento celeste.
Eres la vida rebelde y maravillosa.
La fuerza y la energía.
Juventud que fascina con su presencia brillante
Erguida sobre sí misma pisando los posibles temores.
Hija del fuego, el agua, la tierra y la naturaleza toda.
Artista de tus días en el escenario de la vida.
Aplausos sonoros cantos y bailes,
colores sin fin para vos Julieta,
estas palabras que no tendrían fin.

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Por Dolores Fernández

Entrega

Un batir de alas irrumpió en mi sueño.
Asustado el viento, golpeo mi ventana,
temblores de aves, silencio de ranas.
Perfume de musgo, palabras de escarcha.
Me entregué sin miedos,
ávida la piel,
la sangre alocada, golosa de besos,
sin pensar en nada.
Su boca en mi cuello,
las manos tan blancas,
abriendo caminos, robándome el alma.
Me perdí en sus ojos, me encontré en su karma.
Bebió de mi copa, quise ser su esclava.
Nacer en las noches, morir en el alba.
Ser su sombra ausente.
Acallar relojes, silenciar campanas.

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Por Carmen Florentín

Que solos estamos

Que solos estamos
en la manzana de la soledad.
Ni tú, ni aquel, ni el otro
sienten que estamos vivos
en este mundo que nos traspasa
nos inunda, nos ciega, nos amaga
si no hay unas palmas, unos brazos
que al rozar acompañados de voces
nos susurran al oído… no te quedes solo
es amarga la manzana de la soledad.

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Por Graciela Busto

El precio de ser libres

Hay jaulas sin pájaros
y pájaros sin jaulas.
¿Qué se debe pintar?
¿La jaula como prisión
o la libertad del gorrión ?
El buen pintor lo sabrá
todo muestra en su paisaje.
¿Se apoderará del ave,
ó tal vez de su plumaje?
El pájaro ya eligió
su jaula lo tentó.
Ansiaba la libertad
pero no supo esperar.
El pincel se apiadó
los barrotes borró.
Voló fuera de la cárcel
comprendió la lección.

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Por Claudia Guala

Onírico

El sonido,
sólo fue nuestro silencio.
Tocarte. Imposible.
sentir tus alas
mi porvenir.
pisadas invisibles
se anuncian,
como presagio
del sutil encanto.
Onírico te esfumas.
Reapareces.
Se anuncia aquí
tu llegada, en mi cansancio.
Solo,
y sin más, me sonríes.

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Por María Leone

Compañía

Quiero comerme tu dulzura
y así desterrar por siempre
el amargor de la soledad
en la que aquella traición me condenó.

Quiero comerme tu paz
y así acallar este corazón que late agitado
como un tambor aguerrido
sin saber de compases ni melodías.

Quiero comerme tu esperanza
y así mirar el mañana, sin temores ni fantasmas
y atreverme a emprender el viaje
sabiéndote mi compañía.

Dulzura, paz, esperanza.
Y tú a mi lado, en la ruta de la vida.

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Por Víctor Del Duca

Pobre y Oscura

Cerca de aquí ha enmudecido el viento,
mística rosa ya no eres la excusa,
en esta palidez el sufrimiento
es lo que reemplaza a la áulica musa.

Ya no hay Calíopes en vuestro aliento,
escapó del tempo la huérfana fusa
para someter al magro alimento
a la heredad de una intuición confusa.

Vendrá el zahorí para rescatarte
de las aguas Zen que son tu lectura,
esas que entre líneas buscan amarte

desde lo pequeño de tu amargura.
Hay quien predice la muerte del arte
desde una habitación pobre y oscura.

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Por Julia Mansi

Reflejo de luna

Cae la noche sobre el tenebroso valle
la luna resalta todo estupor, la sombra
del hombre encogida, se estira y sale
no aguanta tan honda desolación.
Enfrenta nuevos enemigos y amigos
la cara de la muerte asoma sonriente
un grito en su garganta se expande
nace el reflejo inmortal de vivir, mata.
Quebrado sostiene nostalgias pasadas
de noches alcoholizadas en aromas
entre bocas sin besos lujuriosos
entre cuerpos sin el calor de la pasión.
Deambula por la ciudad conciente de
un destino, en busca de su par apetecible.
Sabe que existe la mujer con ese estigma
la misma quien lucha por un amor y morir.

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Por Mabel Spinelli

Realidad

Venían de leyendas Griegas
heroínas del mundo del poeta
con su cabeza rapada por la aurora
dejaba ver su ser
cuello de cisne, blanca piel
cubría su hermosura
ojos grandes, expresivos
con pantallas de luz, sus pestañas.
¿Diosa? Cruel realidad, sólo
Una mancha perdida en el vacío.

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Por Adrián Merel

Vuelta

Despierta de sus sueños magros
y abre los ojos al pequeño mundo que lo rodea.
Todo en él es tan pequeño que no hay lugar aún
para enojos o prejuicios.

No conoce las miserias que envuelven
y avergüenzan a los hombres.
Ni la impiedad de sus lecciones mal aprendidas.
Solo descubre un rostro.

Contundente e inicial gesto de amor
a través de sus latidos y un esbozo de sonrisa.
Es su madre, la que asombrada y sin saberlo
reaprenderá a vivir
y todo comenzará de vuelta.

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Por Mirian Claudia López

La vela y yo

Derecha, erguida, lista para dar a luz; mi vida.
Se deshacen en gotones de cera; mis lágrimas.
De pronto un chisporroteo y aumenta el volumen;
mi euforia, mis delirios.
Baja la llama, casi desaparece; mi depresión.
Se sigue desvaneciendo, continúa su luz; mi lucha.
Ilumina el pequeño entorno; mi familia.
Ya termina su misión, desaparece en el candelabro;
mi final.

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Por Patricia Moltedo

Quiero

Salió el sol, mi perro ladró.
La máquina se traba,
todo debe funcionar
pero la p debe aparecer,
y no.
Todo debe funcionar
y no.
La mujer mediocre me persigue,
trato de identificarla,
no quiero mirarme al espejo.
Quiero ser amada.
Flotar en pieles
No me llaman y
no llamo.
¿Por qué entonces quiero flotar?
Extraño aquella piel, mi piel no es la misma.
¿y aquella?
Él extrañará, el no se animará.
Él ¿volverá?
¿volveré?

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Por Juana Schuster

Fragancia

Fiesta negra de murciélagos boca abajo.
Cielo teñido de un gris lloroso y melancólico.
Lividez espantosa de los degollados sin piedad.
Manto de virus y bacterias que envuelven la atmósfera.
Espuma repulsiva que llena de blancura las oquedades de las piedras.
Gratificación por albergar a la Hidra de Lerna.
Las aves de carroña comparten una pierna con gangrena.
Belleza hipnótica experimentada por recorrer las tumbas.
Avidez de los pequeños por tomar la mamadera de sangre.
Quejidos de los demonios sin piernas, que se arrastran en el lodo pegajoso.
Desnudez de Némesis y su amante unidos por la lujuria.
Regocijo de Gatúbela ante el macabro espectáculo.
Agonía lenta de una tortuga viva en la chimenea.
Batido del viento con alas de madera de las torcazas amputadas.

Y, Antonio Banderas, como siempre, promociona el perfume.

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Por Marta Rosa Mutti

Yo / ella

Mi cara,
mostrarla desnuda
dejarla ser quien quiera
un espejo o un vidrio sucio
milagro y sorpresa
movediza preocupación de vivir.
Extraña para la forma cristal plata
que va revelando en gotitas
antes de que las arrugas
formen otra máscara.

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Por Silvia Santilli

Milonga para el compadre

Guapo prestigioso, con coraje en la mirada
Borges en sus relatos, cuánto lo amaba.
Hombre de palabra y honor, defensor de la justicia.
su presencia fue imponente y su conducta lineal.
No fue tramposo ni desleal
quizá un taita pendenciero.
Y en los versos de Carriego
"Un cultor del coraje". Un delincuente virtual.
Su vestimenta de negro
sinónimo de identidad
contrastando un lengue blanco bordado con su inicial.
Lo llamaban el cuchillero por su facón acortado
que sólo sería usado pa defender la mujer.
El tango lo ha recordado:
"Mañanita arrabalera sin taitas por la vereda,
ni pibas en el balcón,
tus faroles apagados
y sin guapos retobados en tu viejo callejón".

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Por Ana Zamulko

Lágrimas

Humedales del alma jubilosos
fluyen y fluyen sin cesar
lágrimas viejas
y niñas
y no natas.
Fluyen y fluyen pidiendo perdones por
los dones negados
dando gracias por los recibidos.
Lágrimas que son como los esteros
que acogen en sus aguas
secretas vidas
pequeñas, invisibles
sigilosos peces y
plantas fantásticas.
Son muy vitales estas lágrimas.
Cuando me abandonan en los tránsitos oscuros
páramos ocres de los días vacíos
muertecitas me habitan.

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Por Olga Tasca

Aroma

Esbelta eres, apenas
asomas, desde la tierra, con tus
ramas adornadas
con hojas brillantes
de un bello, color verde.

El rocío te riega
con gotas que el sol
ilumina para dar luz, calor
y energía al pequeño pimpollo
que perfuma el espíritu
y te convierte en rosa adulta
antes que el viento con su
implacable fuerza poco a poco
llegue a deshojar tus pétalos
no impidiendo tu perenne aroma.

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Por Silvia Mabel Vázquez

"...surgirá un nuevo orden y sus hombres serán
los sacerdotes del hombre, y cada hombre será su propio sacerdote" - Walt Whitman

Red de serpientes

Trémula transitas
por una red de serpientes enroscadas,
ávidas de sangre fresca.
Y la envidia ajena
te tiñe de punzó el corazón
que late al unísono
de las vergüenzas ajenas.
No temas por la avinagrada mirada
del enemigo que acecha
sólo compite con su propia imaginación
que se incrementa por segundos
y destruye
lo que tiene a su alcance.
Hay un Dios,
que todo ve y juzga, y castiga
con mano fuerte.
Hay un Dios
que no permite que nadie se vaya
sin recibir su castigo.

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Por Norma Vinciguerra

¿Qué pasará?

¿Qué pasará?
Mañana un nuevo día.
Tan cerca y no sé qué pasará.
No sé si la lluvia salpique los cristales.
No sé si me ilumine el sol.
No sé si la madre recupere a su hijo.
No sé si las guerras terminen.
Si las minas se excaven
o las aves emigren.
¿Qué pasará?
Quizá la luna no duerma
o yo no despierte.
Quizá la vida sea tan azul que parezca un cielo.
Sé que los zorzales cantan, los lirios florecen
y suenan los motores en la calle.
Pero no sé si vendrás.

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Por Mabel Sobradelo

Fuga

El muerto del que hablo
le escapó a la muerte
antes de ser enterrado.
Mientras lo encerraban
huyó tranquilamente a sus huesos.
Lo lloraban, los miraba.
Trataba de advertirles
que no se engañen,
que ahí ya no estaba.
El viento, los árboles y los pájaros
me lo contaron.
Traté que me crean
sus nietos, sobrinos, hijos
pero no me creyeron.
Tomé mis cosas, di media vuelta
y dejé que el viento, los árboles y los pájaros
me llevaran a él
mientras, ellos lloraban.

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marta mutti
pefil Marta Rosa Mutti
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